Antique Sukhothai Style Standing Bronze Protection Walking Buddha Statue - 42cm/17"

Budismo más allá de las fronteras: cómo las estatuas de Buda tailandesas y camboyanas enseñan la paz en tiempos de conflicto

Con la tensión actual y los enfrentamientos fronterizos entre Tailandia y Camboya, especialmente en torno al disputado templo de Preah Vihear, las enseñanzas del budismo y el simbolismo de las estatuas budistas ofrecen un camino muy diferente: uno de moderación, empatía y comprensión en lugar de escalada.

Meditación de Buda

Tensiones históricas, no “enemigos naturales”

Tailandia y Camboya comparten profundos vínculos culturales: budismo Theravāda, tradiciones artísticas relacionadas, mitos compartidos e historias superpuestas que se remontan a Angkor y Ayutthaya. Sin embargo, como muchos vecinos, han tenido disputas, entre ellas:

  • Desacuerdos fronterizos, particularmente sobre complejos de templos y sitios históricos

  • Retórica nacionalista que inflama viejos agravios

  • Escaramuzas militares localizadas que, si bien son graves, no han llegado a ser una guerra a gran escala

En estos contextos, el miedo, el orgullo y las heridas históricas pueden eclipsar el terreno religioso y cultural compartido que, de otro modo, podría fomentar la reconciliación.

Lo que enseña el budismo sobre los conflictos

Las enseñanzas budistas ofrecen una lente muy diferente a través de la cual ver dichas tensiones:

  • No daño (ahimsa): Evitar intencionalmente dañar a otros en cuerpo, palabra y mente.

  • Discurso correcto: Evitar palabras divisivas, duras o incendiarias, que en un contexto moderno incluyen discursos de odio nacionalistas y provocaciones mediáticas.

  • Compasión (karuṇā) y bondad amorosa (mettā): Extender la preocupación más allá de la propia nación o grupo, reconociendo el deseo común de seguridad y felicidad.

  • Comprender las causas y condiciones: Ver el conflicto como el resultado de la ignorancia, el miedo, el apego y las acciones pasadas, no como algo predestinado o inherente a ningún pueblo.

Desde una perspectiva budista, la “victoria” en la guerra es hueca si profundiza el odio y crea condiciones para el sufrimiento futuro. La verdadera fortaleza reside en encontrar formas de reducir la tensión, negociar y abordar las causas subyacentes de la desconfianza.

Cómo las estatuas budistas encarnan la paz

Una estatua budista no es sólo un objeto decorativo; es una enseñanza visual. Los elementos comunes que se encuentran en las imágenes de Buda tailandesas y camboyanas incluyen:

  • Expresión facial serena: Los ojos bajos y una sonrisa amable sugieren calma interior y no reactividad, incluso ante la provocación.

  • Postura de meditación: Las manos en Dhyāna mudra (descansando en el regazo) o el gesto de iluminación que toca la tierra muestran firmeza y claridad en lugar de impulso.

  • Abhaya mudra (gesto de valentía): Una mano abierta y levantada simboliza la no agresión, la tranquilidad y la protección sin violencia.

Cuando la gente de una región comparte imágenes similares de Buda, también comparte un recordatorio silencioso de que sus valores más profundos no tienen que ver con la conquista, sino con el despertar, la compasión y la moderación.

La herencia budista compartida como puente

Debido a que tanto Tailandia como Camboya son países de mayoría budista Theravāda, comparten:

  • Las mismas escrituras centrales (Tipiṭaka) y código monástico

  • Formas rituales y prácticas de meditación similares.

  • Lenguajes artísticos paralelos en su escultura religiosa

Este terreno común puede funcionar como un puente:

  • monjes y monjas pueden actuar como voces morales que piden una reducción de las tensiones y la no violencia.

  • Templos y estatuas pueden servir como espacios neutrales para el diálogo, ceremonias de conmemoración y actos conjuntos de mérito dedicados a todas las víctimas del conflicto.

  • Sitios de peregrinación compartidos Puede recordarle a la gente que la identidad espiritual es más profunda que las fronteras nacionales.

Buda docente

Lecciones para un mundo turbulento

Incluso más allá del sudeste asiático, el ejemplo de las enseñanzas y las imágenes budistas ofrece varias lecciones universales:

  • La paz no es pasiva: requiere valentía para alejarse de las represalias y escuchar profundamente.

  • Ver al “otro” como plenamente humano, con miedos y esperanzas como los propios, es un antídoto directo a la deshumanización.

  • Los símbolos importan: una estatua que encarna la serenidad y la compasión puede influir suavemente en la forma en que las personas piensan, hablan y actúan.

En un mundo donde el conflicto a menudo domina los titulares, la silenciosa presencia de una imagen de Buda (ojos medio cerrados, cuerpo relajado, mano levantada en señal de tranquilidad) susurra una posibilidad diferente: que la comprensión es más fuerte que la ira y que la seguridad genuina se basa en el respeto mutuo y no en el miedo.